Como ciudadanos, estamos obligados a la presentación y pago
de impuestos de diferente índole, siendo la Declaración de la Renta el más
conocido y, seguramente, el más temido por la mayoría. Sin embargo, existen una
serie de trucos (o fórmulas) que te ayudarán a pagar un menor importe y, por
tanto, ahorrar ese dinero para poder destinarlo a otras funciones, te contamos
cuáles:
Deducciones de
vivienda: existen deducciones que es posible aplicar, como las obras por
eficiencia energética o por compra de vivienda habitual.
Deducciones para
coches eléctricos y sus puntos de carga: con lo que podrás deducirte el 15%
del valor de compra de un coche eléctrico.
Deducciones
autonómicas: algo esencial y que varía en función de la Comunidad Autónoma
en la que residas.
Cambios en la
situación familiar: siempre hay que comunicar cualquier cambio, ya que las
circunstancias familiares influyen en las retenciones del IRPF.
Planes de pensiones:
con la aportación de dinero obtenido por actividades profesionales,
empresariales o laborales.
Pérdidas y ganancias:
Compensar las ganancias obtenidas con otras pérdidas en inversiones (ya que no
se permite la donación de bienes que generan pérdidas ni tampoco la adquisición
de acciones en un período inferior a dos meses de haberlas vendido).
Salario en especie:
pasar parte de tu salario en metálico a especie (como el seguro médico, o los
cheques transporte, guardería, comida, etc.) hace que disminuya lo que tienes
que pagar en la Renta, ya que este tipo de salario está exento de pagar IRPF.
Donativos: deducción
por donativos a ONG, asociaciones, fundaciones y otras entidades sin ánimo de
lucro (ya sean puntuales o recurrentes).
Venta de la casa para
mayores de 65 años: ya que es la edad mínima para estar libre de impuestos
(la transmisión).
Gastos de alquiler:
los arrendadores pueden solicitar la deducción de aquellos gastos relacionados
con el alquiler como son el IBI, la Comunidad, los distintos seguros…