Tras conocer el método Kakebo y la regla 50-30-20, en este
artículo vamos a explicar otros dos métodos de ahorro muy conocidos e igual de
sencillos que los anteriores:
El reto de las 52
semanas
El objetivo de este método es alcanzar la cifra de ahorro de
1.378€ a lo largo de un año, sin apenas esfuerzo ni tener que diseñar un
presupuesto o anotar todos los gastos que vamos realizando, como ocurre con
otros métodos.
El proceso es muy sencillo: simplemente hay que ahorrar cada
semana el importe en euros equivalente al número de dicha semana en el año. Es
decir, la primera semana habrá que apartar un euro, la segunda semana habrá que
apartar dos y así sucesivamente hasta llegar a la última semana del año, la nº
52, en la que tendremos que apartar 52€. De esta manera tan fácil, cuando
terminen las 52 semanas, habremos conseguido tener la cantidad ahorrada de
1.378€ que podremos destinar a algún gasto extra como, por ejemplo, las vacaciones,
sin tener que resentir la economía de ese mes.
Una de las cosas buenas que tiene este método es la
facilidad a la hora de llevarlo a cabo, no sólo porque no requiere dedicarle
mucho tiempo ni esfuerzo, también se debe a que los pasos que hay que dar son
tan sencillos (sobre todo durante los primeros 2-3 meses, que hay que ahorrar
cantidades pequeñas inferiores a los diez euros) que influye directamente en la
motivación y hace que nos sea más fácil mantener el reto durante todo el año.
Y, como habrás podido adivinar, este reto es totalmente
adaptable: si en vez de 1€ ahorramos 1,5€ o 2€, el importe acumulado a fin de
año será de 2.067€ o 2.756€ respectivamente.
El método de los
sobres de ahorro
Uno de los sistemas más tradicionales de control de gasto y
ahorro (seguro que tus padres utilizaban uno parecido para llevar las finanzas
domésticas), consiste en conocer los ingresos con los que se cuenta a principio
de mes y distribuirlos entre los diferentes gastos que tenemos a lo largo de
ese período (asignando un sobre a cada partida de gastos). Y destinar uno de
los sobres al ahorro.
Y no te olvides de esos gastos anuales como pueden ser el
IBI, el seguro del coche, la vuelta al cole, las vacaciones o los regalos de
Navidad. Todos esos gastos también han de contar con su propio sobre (uno para
todos estos gastos extra o uno por partida, pero no olvides que, a mayor número
de sobres, mayor volumen de trabajo y esfuerzo, lo que puede afectar a tu
motivación.
Entre las múltiples ventajas de este sistema una de ellas es
que el gasto, algo que consideramos un concepto etéreo e intangible, se vuelve
algo muy visual, ya que semana tras semana irás viendo cómo los sobres van
adelgazando y el dinero disponible que tienes para cada gasto. Otra ventaja es
que puedes pasar dinero de un sobre a otro (siempre y cuando no toques ni el
del ahorro ni el de los gastos imprescindibles como hipoteca, alquiler,
suministros, etc.) si vez que un mes estás gastando menos de lo que pensabas en
“deporte” pero más en “comidas fuera de casa”.
Y si eres de los que no le gusta tener dinero en efectivo,
existen otras opciones como por ejemplo las huchas virtuales, que no son más
que subcuentas bancarias asociadas a tu cuenta bancaria principal, que ya
tienen muchas entidades como por ejemplo ING u Openbank, o las tarjetas
prepago, cada una de ellas destinadas a una partida de gastos (alimentación,
cine y teatro…), cada vez más utilizadas, y ofrecidas por compañías tan
dispares como Revolut o Correos.