Cada español se gasta aproximadamente unos 1.000€ al año en
la compra de ropa y calzado según el INE (Instituto Nacional de Estadística)
por lo que todo lo que podamos quitar de nuestro presupuesto anual en esta
partida nos puede suponer un importante ahorro a fin de año. Y no sólo se puede
ahorrar controlando lo que nos gastamos a la hora de comprar, también podemos
ahorrar alargando la vida de las prendas que ya tenemos y utilizamos para
reducir las veces que tenemos que sustituirlas, con el consiguiente desembolso
económico.
A continuación podrás encontrar diferentes trucos con un
único objetivo: que tus prendas de ropa favoritas se mantengan como nuevas el
mayor tiempo posible:
–
Separa la ropa por color: antes de echar la ropa
en la lavadora, clasifica tus prendas en base a si son blancas o tienen
estampados, dibujos, serigrafías… Y utiliza el detergente indicado para dichas
prendas, ya que de esta manera impedirás que los colores se mezclen (el habitual
“ha desteñido”).
–
Separa la ropa por tejidos: no mezcles prendas
delicadas (como por ejemplo la lana) con prendas más duras (como los vaqueros
que, además, llevan piezas metálicas, cremalleras, botones…), para evitar que
sufran roces, enganchones, etc.
–
Lee (y entiende) las etiquetas: ya que los
fabricantes están obligados a poner su composición y, en la mayoría de los
casos, indican la mejor manera de lavarlas (a mano, a máquina, con prelavado, a
mayor o menor temperatura…), secarlas y plancharlas, por ejemplo:
o
Prendas delicadas: siempre a mano, con agua fría
y nunca usar la secadora.
o
Algodón: teniendo en cuenta que puede encoger
hasta un 20%-25%, no empleemos temperaturas demasiado altas y, en la medida de
lo posible, evitemos la secadora.
o
Vaqueros: nunca los mezcles con prendas
delicadas e intenta mezclarlos lo menos posible con otro tipo de tejidos (como
el algodón) ya que es un tejido que suele desteñir. Y, a pesar de su grosor,
mejor secarlos al aire libre, ya que la secadora puede acelerar su desgaste.
–
Revisa los bolsillos antes de meter la ropa en
la lavadora: no sólo porque lo que haya guardado se puede echar a perder en
contacto con el agua, también porque es una fuente muy habitual de destiñes.
–
Evita el uso de la secadora: el secado al aire
libre, además de ser más ecológico al no emplear otra energía distinta de la
solar, prolonga la vida de las prendas, ya que con el calor artificial de la
secadora y el roce con las paredes de su tambor, con cada secado se van
deteriorando más y más.
–
Dobla y guarda la ropa correctamente: a la hora
de doblar la ropa, no crees arrugas innecesarias y no poner muchas prendas
dobladas una encima de la otra, porque se acaban deformando con el peso. Y a la
hora de guardarla, elige la percha, el cajón, la balda o el colgador que mejor
se adapte a la prenda en cuestión. En Internet hay multitud de tutoriales que
te enseñarán la manera más óptima de guardar la ropa y, ya de paso, ocupar el
menor espacio posible.